Por Alfredo Guevara
Cuando no queda otra opción, las mujeres y los hombres del campo no conocen otra forma que recurrir al bloqueo de carreteras como se ha hecho en algunas entidades del país, con todo el riesgo que implica, para que las instancias de gobierno pongan atención al problema que enfrenta la agricultura en México.
El acuerdo al que se ha llegado entre productores e instancias de gobierno federal para establecer un precio de referencia o apoyo de 950 pesos por tonelada de maíz, no es el mejor, pero al menos les hace entender a los funcionarios que el campo tiene razón y que ocupa que se le ponga atención, aseguró Perfecto Solís Alanís.
El ex presidente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Tamaulipas, dijo que en más de una ocasión se le ha dicho al secretario de Agricultura Julio Verdegué, que no se necesita meter mano al erario federal para atender a los agricultores, sino solamente poner orden a todos los recursos que genera el sector agropecuario en todas sus ramas.
“Que se ponga orden desde el primer eslabón, que son los productores, hasta el último, que es el consumidor”, citó.
Y es que, todas las ganancias se quedan en medio, es decir en el industrial, en los comercializadores, donde el productor se queda colgando con deudas y al consumidor final, es el que le pega en la bolsa, porque le suben el costo, como se está adelantando que le van a aumentar el costo del kilogramo de las tortillas”, explicó.
Ese es el gran problema, en el que no se pone orden hacia el interior de la economía que se desprende del sector agropecuario, sostuvo Solís Alanís.
Consideró que en México se tiene que hacer un análisis muy concienzudo entre que sí al productor de maíz está pidiendo siete mil 200 pesos por tonelada o siete pesos con 20 centavos el kilo “y allí el otro eslabón que sigue que es el industrial, sobre el costo del procesamiento para la elaboración de harina”.
Y es que, tan solo el precio del kilogramo de tortilla, oscila entre 20 y 30 pesos al consumidor.
Dijo no estar de acuerdo en las medidas que han implementado los productores de varias entidades del país, al cerrar carreteras para que sean escuchadas sus demandas, pero insistió que, ante la negativa de ponerle atención a los problemas del campo, “no queda otra opción”.
 
									 
					