Por Alfredo Guevara

Por lo menos el 50 por ciento de la superficie cultivable de sorgo en el norte de Tamaulipas se dejará de sembrar para el próximo año por incosteable, al dejar de ser un cultivo rentable y definitivamente no poder competir con los precios del mercado internacional.

Y es que, aparte de ello, se tiene hasta cuatro intermediarios en la cadena de comercialización para poder llegar al industrial o el consumidor final y coyotes coludidos y corrompidos con funcionarios de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), aseguró Guillermo Aguilar vicepresidente de la Unión de Ejidos Productores Agropecuarios y Pesqueros del Valle de San Fernando.

Reveló que productores prominentes, que le han dedicado la mayor parte de su vida a la siembra de sorgo, han tomado la decisión de que este será el último año, que van a dejar de hacerlo porque ya no es rentable, al acabarse el patrimonio, los ahorros, la maquinaria y al no poder competir con los precios del mercado internacional.

“El precio por la tonelada de sorgo es el equivalente al que se tuvo hace 20 años, con la diferencia de que hace 20 años, se disponía del procampo, del programa de ingreso objetivo, con diésel más barato y una serie de subsidios que amortiguaba los costos”, aclaró.

Actualmente los precios son bajísimos, que no alcanzan para recuperar costos de producción y menos utilidades, “un año está bien, dos se tolera, pero tres ya es imposible, porque a diferencia de hace 20 años, se tiene ese precio, pero sin apoyo, con un combustible carísimo, un alto incremento de costos de producción y en insumos agrícolas.

“Ahorita tenemos 200 mil hectáreas abandonadas en Tamaulipas, el próximo año yo creo que se va a dejar de sembrar un 50 por ciento más de la tierra, de la superficie cultivable”, sostuvo.

En las condiciones en que se encuentra la gente del campo, la que casi toda su vida la ha dedicado a la siembra de sorgo no se puede competir y menos con ese mercado especulativo donde impera el coyotaje.

“Tenemos cuatro intermediarios para llegar al industrial o el consumidor final, entonces, el campo está totalmente acabado y lo peor, que entre los mismos funcionarios del gobierno, de la Sader, ahí están los coyotes, coludidos, corrompidos; ahí está la mera clave, entonces ¿cuándo avanzamos? Si el mismo gobierno protege a los coyotes, a los intermediarios, a las importaciones, pues estamos acabados”, concluyó.

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