Alfredo Guevara

Al Consejo General del Instituto Electoral de Tamaulipas, le hubiera bastado imponer una amonestación pública como sanción al presidente del Partido Verde MANUEL MUÑOZ CANO, por violencia política contra la mujer en razón de género.

Y es que, a ciencia cierta no se observa una conducta agresiva, violenta o calificativa, al llamar niña a la diputada local de Morena KATALYNA MÉNDEZ, quien se hubiera conformado, con una disculpa pública por el dirigente del Partido Verde en Tamaulipas.

De hecho, la multa económica de cinco mil 567 pesos, es nada para el salario que percibe MANUEL MUÑOZ CANO y no tendrá problema para pagar en su momento, de confirmarse el acuerdo aprobado por el Consejo General del Ietam.

Lo que si cala y daña la imagen como persona, es el hecho de que MANUEL MUÑOZ CANO, aparezca en el Registro Nacional de Personas Sancionadas, en materia de violencia política contra las mujeres en razón de género.

Y todavía más, en el catálogo de sujetos sancionados del Instituto Electoral de Tamaulipas, por una temporalidad de ocho meses.

En ambos casos, el organismo electoral se ensaña, al imponer esa sanción, por un término de “niña”, que no traspasa más allá de la integridad de la persona.

Quizá por ello, la representante del Partido Verde Ecologista ante el organismo electoral, ESMERALDA PEÑA JÁCOME, calificó la sanción del Consejo General como desproporcionada e incongruente.

A estas alturas, la imagen de MANUEL MUÑOZ CANO está dañada por todo lo que se ha dicho y escrito, como resultado de una entrevista en vivo, realizada al dirigente del Verde Ecologista, en la cual se presume que existe espontaneidad y por lo tanto, no se trata de una conducta premeditada.

Y así permanecerá por espacio de ocho meses, tiempo en que se mantendrá en el catálogo de sujetos sancionados.

No defendemos ni acusamos, tampoco damos la razón, solo externamos un punto de vista, sobre un tema que pudo tener solución desde un principio, ofreciendo una disculpa pública. Desafortunadamente se dejó crecer y hoy se ha convertido en platica de café o reunión, entre políticos y ciudadanos en particular.

A estas alturas, el mal está hecho y, si lo que querían era afectar la imagen de una persona, por un término que insistimos, no es nada agresivo, denostativo ni despectivo, lo han logrado. Veremos y diremos si más adelante se mide con la misma vara, porque no será la primera ni la última vez en que se aborde este mismo tema. En fin.           alfredoguvara0@gmail.com

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