Por: Armando Castillo Gutiérrez
NUEVO LAREDO.- Lo que comenzó como un curso gratuito de Lengua de Señas Mexicana (LSM) del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Nuevo Laredo y la Universidad Tecmilenio, se convirtió en una experiencia que transformó la comunicación y los corazones de quienes lo tomaron.
Rosa María Rodríguez fue una de las 44 personas que integraron la primera generación de egresados. Para ella, aprender LSM junto a su hijo Diego, quien tiene discapacidad auditiva, fue mucho más que un aprendizaje técnico; fue un puente emocional.
“Nos sentimos muy bien porque este curso le dio a mi hijo Diego la oportunidad de convivir con más personas. A él le encanta socializar, y hacer el curso juntos abrió un camino para comunicarnos mejor. Fue un gran apoyo para todos, especialmente para Diego. Agradezco mucho que le abrieran las puertas y que me brindaran herramientas para comunicarme de manera más efectiva con mi hijo”, compartió emocionada Rosa María.
Durante las clases, Diego también se convirtió en un maestro para los demás estudiantes, ayudándoles a practicar lo aprendido y mostrando en la práctica la importancia de usar la Lengua de Señas Mexicana como una herramienta de inclusión.
Por su parte, Maricruz Quezada Moya se inscribió al curso por iniciativa propia. Aunque no tiene familiares con discapacidad auditiva, su motivación fue ayudar a los demas.
“Estoy muy agradecida por haber sido tomada en cuenta. Me llena de alegría saber que puedo ser un puente de comunicación entre una persona que no puede hablar o escuchar y las demás. Esto me llena de motivación”, afirmó Maricruz.
La historia de Mónica Guadalupe Cruz también conmueve: su hija tiene hipoacusia bilateral y juntas asistieron al curso para fortalecer sus vínculos y abrir nuevas posibilidades de comunicación.
“Me enteré de este curso en la escuela de mi hija, quien tiene hipoacusia bilateral, y decidí inscribirme junto a ella. Le doy las gracias al Sistema DIF por traer esta capacitación a Nuevo Laredo y por darnos la oportunidad de participar. Ahora mi hija ya puede comunicarse con más personas, no solo conmigo, y eso me llena de alegría”, comentó Mónica.
Finalmente, Lucero Rubio González compartió cómo la necesidad de comunicarse con su padre de 70 años, la llevó a aprender LSM.
“Mi papá tiene problemas de audición, y por eso decidí aprender Lengua de Señas para poder comunicarme con él. Creo que todos debemos ser inclusivos y tener empatía con quienes necesitan esta forma de comunicación. Agradezco la oportunidad de aprender y ayudar a los demás”, dijo Lucero.
El curso básico de Lengua de Señas Mexicana fue impartido de forma gratuita gracias al trabajo conjunto del Sistema DIF Nuevo Laredo y la Universidad Tecmilenio, con el objetivo de fortalecer la inclusión y la comunicación con la comunidad sorda. Las clases se desarrollaron durante varias semanas en las instalaciones del Centro de Rehabilitación Integral (CRI) y fueron impartidas por Andrea Güemez, especialista en LSM.
Entre los 44 egresados destacan 17 colaboradores del Sistema DIF, quienes también adquirieron herramientas para brindar una atención más inclusiva y empática en su labor diaria. Con iniciativas como esta, el DIF refrenda su compromiso con la construcción de una sociedad donde todas las personas puedan sentirse valoradas y comprendidas.