Por Alfredo Guevara

Aunque la revisión del gasto público fue un acto mecánico, con informes que nadie leía y observaciones que pocos atendían, la fiscalización de las cuentas públicas en la administración estatal y municipal, será más exigente y profesional, estableció Francisco Noriega Orozco.

El titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), agregó que, durante todo ese tiempo, el problema no se circunscribe en la desatención o negligencia de los encargados del manejo y aplicación de recursos públicos, sino también en el desconocimiento, la improvisación y la falta de preparación técnica.

Por ello, el organismo fiscalizador emprendió un proceso de capacitación con una visión doble, con la que pretende profesionalizar hacia adentro de la Auditoría e impulsar la formación hacia afuera, con auditores actualizados, en base a metodologías y principios éticos firmes, conscientes de que no puede haber una fiscalización eficaz sin un proceso continuo de formación.

“La lógica es clara; mientras se fortalecen las sanciones y aumentan las denuncias – como lo prueban las 45 penales presentadas en el 2024, el doble de las registradas en los ocho años anteriores – también se expanden áreas de formación que está fortaleciendo el seguimiento de una nueva cultura”, explicó.

Noriega Orozco convino en que capacitar al equipo de auditores no puede ser considerado como un gasto al erario, sino una inversión hacia la legalidad que requieren las instituciones, que apunta a lo más difícil, es decir, a cambiar las mentalidades desde la formación.

A la fecha, el titular de la ASE informó que la capacitación alcanzó a poco más de 300 funcionarios de diferentes ayuntamientos en el Estado, además de reuniones informativas con organismos que son sujetos de fiscalización, con el objeto de orientarlos, “a sabiendas de que no se puede exigir, lo que no se enseña”.

En pocas palabras, expuso que el mensaje que se está comunicando a quienes tienen el manejo y la aplicación de los recursos públicos a través de los procesos de capacitación, en materia de transparencia y rendición de cuentas públicas, “es que ya no se aceptan excusas, las reglas están claras y el conocimiento disponible, en aras de evitar fallas futuras y construir más confianza ciudadana”, concluyó.

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