Por: Arnoldo García

El presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, diputado Humberto Armando Prieto Herrera, tomo la protesta los 147 nueves jueces y magistrados del Poder Judicial del Estado a quienes expresó que la legitimidad que reciben no es un privilegio, es una obligación multiplicada. No los eligieron para favorecer a nadie, sino para servir a todas y a todos.

La ley se explica con razones, se aplica con prudencia y se honra con integridad, subrayó.

En su mensaje, mencionó que la  reforma no termina con una urna ni con un acto solemne; apenas inicia. La independencia judicial se sostiene en tres pilares que hoy se  refrendan: mérito, ética y cercanía. 

A la vez solicitó a los nuevos juzgadores,  “expliquen cada sentencia, sin jerga innecesaria, por qué deciden lo que deciden; que la verdad procesal no oculte la verdad humana; que el debido proceso camine a la par de la justicia pronta; y que, cuando los quieran presionar los de siempre, recuerden este día y recuerden a quién se deben: al pueblo que los eligió”.

Y subrayó: “Que esta protesta constitucional sea también un pacto de honor: jamás usar la ley como arma de persecución ni como moneda de impunidad; hacer de la razón y de la empatía, el método cotidiano; poner en el centro la dignidad de las personas y la paz de nuestras comunidades.

Hace no mucho tiempo, vivimos etapas en las que un sector del Poder Judicial se encontraba sometido a intereses ajenos al bien común, indicó. 

“Hubo tiempos de privilegios y puertas cerradas, en los que la ley parecía inclinarse ante el poder económico de unos cuantos, y en los que las y los más vulnerables debían conformarse con una justicia distante, lenta y a veces inaccesible”. 

Y añadió: “Tiempos en que la corrupción tentó, erosionó y vulneró la confianza ciudadana. No olvidamos esa lección: cuando la justicia se aleja del pueblo, deja de ser justicia”.

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