Por Alfredo Guevara
Por tratarse de edificios protegidos, considerados en algunos casos como patrimonio histórico o cultural por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INHA), no se han podido demoler, pese a representar un riesgo para la población por las condiciones en que se encuentran.
El coordinador de Protección Civil del Gobierno del Estado, Luis Gerardo González de la Fuente comentó que hasta ahora se han inspeccionado en los diferentes municipios alrededor de mil 500 edificios, sobre todo de competencia estatal y municipal, entre los que se encuentran algunos susceptibles de demoler.
Sin embargo, tomar una decisión de ese tipo depende del Instituto Nacional e incluso, de un ingeniero estructural que antes de proceder a la demolición, realice una evaluación de las condiciones en que se encuentre el inmueble y la manera en que se eche abajo el edificio, que posiblemente fue emblema durante varias décadas.
Lo primero que empieza a desprenderse de este tipo de inmuebles, son las marquesinas, tal y como sucedió hace algunas semanas en la zona sur del Estado, donde afortunadamente no causó lesiones a la población u otro tipo de daño.
“Llevamos a unos mil 500 aproximadamente inspeccionados, sobretodo que sean de competencia estatal, porque sabemos que también hay competencia municipal, pero hay poblaciones que no tienen el área de inspecciones bien formada y apoyamos en ese tipo de revisiones por el riesgo que implica para la población en caso de desprendimientos de marquesina, paredes u otra parte de la infraestructura”, explicó
Y aunque muchos de esos inmuebles son susceptibles de demolición, por el tiempo que tienen y las condiciones en que se encuentran con el paso de los años, se trata de edificios protegidos de alguna forma, porque forman parte del patrimonio histórico o cultural de la región
“Tenemos pláticas con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en espera de que en algunos casos se pudiera autorizar su demolición”, aseveró González de la Fuente.
Citó que muchos de los inmuebles ni siquiera están ocupados y aunque algunos están a punto de caer su marquesina, parte del techo, paredes u otra parte de los edificios, tampoco se les puede clausurar, hasta en tanto no se evalúe sus condiciones.