Por Alfredo Guevara

La Auditoría Superior del Estado (ASE), en coordinación con la Fiscalía Especializada para el Combate a la Corrupción (FECC), participan en diferentes investigaciones, en las que se ha pedido la colaboración de expertos contables y auditores.

El resultado de ese trabajo de coordinación entre las dos instancias, ha permitido presentar alrededor de cuatro denuncias, de cierta forma con otro aire de tiempo del que se vio presionada en un inicio la Auditoría, al formar parte de un rezago de expedientes a los que prácticamente no se le había dado cauce legal, confirmó Francisco Noriega Orozco.

El titular de la Auditoría Superior del Estado, admitió que el número de expedientes relativos a cuentas públicas de ejercicios fiscales que estaban por prescribir, son contados, es decir pocos, sobre todo de aquellos que no estaban siendo promovidos.

“Cuando nos hicimos cargo de la Auditoría nos encontramos con expedientes que no habían estado siendo promovidos y en ese tema para nosotros fue importante no dejar la prescripción dentro de la cancha de la Auditoría, son pocos realmente, sí existen porque de no haberlos atendido ya hubieran prescrito”, explicó.

Por ello, se motivó por parte de la Auditoría ante la Fiscalía Especializada para el Combate de la Corrupción para que se pudiera promover, antes de caer en una prescripción.

El auditor explicó que, para que una denuncia llegue ya a estas instancias, se debe considerar al menos que hayan pasado tres años por todos los procesos y los tiempos que tiene que correr de acuerdo a la ley. 

Agregó que una denuncia de este tipo está en una instancia, tanto el Tribunal de Justicia Administrativa o estante la Fiscalía Anticorrupción, significa que ya es de ejercicios anteriores, “imagínate que un ejercicio se viene a fiscalizar un año posterior, y se termina dos años posteriores”, citó.

Recordó que por ley y la presunción de inocencia, “no podemos decir más información de exactamente qué se está investigando, de tal manera que el número de expedientes por prescribir, son pocos”, apuntó.

 “Todo esto fue a raíz de lo apremiado que teníamos los tiempos de unas carpetas que nunca se movieron y parecía que se estaban esperando ahí que se prescribieran”, consideró Noriega Orozco.

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