Por Alfredo Guevara
Aunque todavía no se termina de levantar la cosecha, la siembra de sorgo y maíz registraron bajos rendimientos por hectárea en el ciclo otoño – invierno, sobre todo por la ausencia de lluvias y lo elevado de las temperaturas en temporal como áreas de riego.
El gerente de la Unión Agrícola Regional del Norte de Tamaulipas Juan Manuel Salinas Sánchez admitió que si bien esperaban una disminución de toneladas por hectárea, finalmente el clima que imperó en el primer trimestre del año les cobró la factura.
Y es que, tan solo en febrero y marzo, prácticamente no hubo lluvias y predominaron las elevadas temperaturas, que en algunas zonas no permitieron el desarrollo vegetativo de la plantación por la falta de humedad y los 38-40 grados centígrados que imperaron en ese periodo.
“En la cosecha de maíz hay un avance en la trilla de hasta un 60 por ciento, hay algunos productores que sembraron después de las lluvias, pero se nota una merma importante en el rendimiento por hectárea, que definitivamente, no es lo que esperábamos”, señaló.
En el caso del sorgo, estimó que la mayor parte de la cosecha se levantó, aunque el nivel de rendimiento disminuyó, porque al igual que el maíz, necesitó de más humedad en la tierra para soportar lo elevado de las temperaturas.
Explicó que en la agricultura, hay una teoría en la que, en la medida en que le abones a la tierra al momento de la siembra de los cultivos, en esa proporción te da los resultados.
“Pero si no le destinas el agua suficiente para el desarrollo vegetativo de la planta y no generas buenas condiciones del clima, es obvio que la tierra no te va a generar el rendimiento esperado por hectárea”, señaló.
Salinas Sánchez recordó que el campo de Tamaulipas atraviesa por una etapa complicada, producto de una sequía recurrente que predomina en los últimos años, en los que además de que no llueve, imperan elevadas temperaturas.
Por consecuencia, estableció que, al no generarse las condiciones, el rendimiento por hectárea disminuye, como sucedió con el sorgo y maíz del ciclo otoño – invierno.