Por: Arnoldo García
Las personas que han cumplido una condena penitenciaria siguen padeciendo el estigma y muestra de ello es que únicamente el 15 porciento de estas logran conseguir un empleo, indicó la diputada Gabriela Regalado Fuentes, presidenta de la Comisión de Trabajo y Previsión Social del Congreso del Estado.
Apuntó que si los hombres que se encuentran de una prisión cumpliendo una condena son vulnerables a la violación a sus derechos humanos más lo son las mujeres, quienes sufren vejaciones y padecer condiciones de abandono.
Es necesario que la secretaría del Trabajo y la secretaría de Seguridad Pública implementen un programa para la capacitación y adiestramiento de los reclusos en diversos oficios a fin de que cuando hayan cumplido su condena se puedan reinsertar en la comunidad mediante el trabajo.
Sin embargo, no hay por parte del sector privado colaboración y se les niega a quienes han salido de prisión el poder tener un empleo como forma para su desarrollo.
La diputada Regalado Fuentes sostuvo que las mujeres que se encuentran en un reclusorio también padecen la misma situación de tener dificultades para conseguir un trabajo.
Reiteró que para una mujer que ha estado en prisión la situación es revictimizada pues no únicamente ha padecido su condición de mujer, estar en prisión en donde es vulnerable a la violación a sus derechos humanos sino que además sigue padeciendo el estigma y por lo tanto también es difícil conseguir trabajo cuando abandona la cárcel.