Por Alfredo Guevara

En poco más de 45 días de implementarse el programa “septiembre, mes del testamento” e incluso, ampliarse por lo que resta de octubre, no hay  el interés que se quisiera para que la gente elabore este documento en vida y evite problemas entre la familia en caso de fallecimiento.

El presidente del Colegio de Notarios en la Capital del Estado José Guadalupe Herrera Bustamante lamentó que pese a la importante reducción económica que se hace, para dar oportunidad y hacer atractivo la elaboración de testamento, no hay la cultura por parte de la población.

Comentó que se incentiva mucho al denominar septiembre, mes del testamento y prolongarlo un mes más, ofreciendo una considerable reducción del costo honorario del notario para que la gente acuda y realice un testamento, a efecto de evitar un gasto mayor innecesario si la persona llegara a fallecer y su familia tener que enfrentar un juicio que podría llevarse más tiempo.

“Pero no, estamos promoviendo que la gente acuda más a las notarías para que realice el testamento, a un costo de tres mil pesos, producto de un acuerdo previo a la fecha, en donde desde el Colegio Nacional al Colegio, Estatal y luego a los locales se nos va aprobando a través de los diferentes consejos para que la cantidad sea única en todo el Estado”, explicó.

Reveló que todas las notarías están abiertas y ofrecen la prestación del servicio a ese costo, pero lamentablemente no hay mucha cultura para que la gente acuda, insistió.

Desconoció los motivos por los que la población no aprovecha ventajas que en este caso, ofrecen los notarios públicos para que la gente elabore su testamento a un menor precio, buscando ante todo evitar problemas entre la familia cuando la persona que hereda fallece y dando origen a un juicio que puede llevarse más tiempo.

Incluso, descartó la posibilidad de que en México exista la obligatoriedad, para que las personas antes de morir, dejen establecido en un documento lo que pudiera considerarse su última voluntad, en caso de disponer de bienes materiales o económicos.

“Pues es que son ya situaciones de bienes hacia su persona, en donde uno no puede influir o actuar de determinada manera en la que lo obliguemos a precipitar, a que tome una decisión respecto de cómo dejará su voluntad respecto de bienes legados y demás propiedades que tenga en su haber”, señaló.

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